¿La Iglesia De Cristo es una iglesia o una religión? Antes de responder a esta pregunta, definamos primero los términos «iglesia» y “religión” para llegar a una comprensión adecuada de la cuestión. ¿Cómo definieron los apóstoles el término “iglesia”? El apóstol Pablo definió “iglesia” como el cuerpo de Cristo (Col. 1:18). El diccionario, por otro lado, da muchas definiciones para la palabra “iglesia.” Para el propósito de nuestra discusión, utilicemos esta definición:

“Un cuerpo particular de cristianos unidos bajo una forma de gobierno eclesiástico, en un credo, y usando el mismo ritual y ceremonias.” (Webster’s New Unabridged Dictionary, 2nd ed., 1983, s.v. church)

Religión, etimológicamente, viene de la palabra latina “religare” que significa atar o volver a atar. Una de sus definiciones afirma que es “una creencia en un poder o poderes divinos o sobrehumanos que deben ser obedecidos y adorados como creador(es) y gobernante(s) del universo.” (Ibid.)

Considerando estas definiciones, la Iglesia De Cristo es tanto una iglesia como una religión. La prueba de que la Iglesia de Cristo es una iglesia es el hecho de que sus miembros pertenecen a un solo cuerpo (Rom. 12:4–5), tienen un solo credo o fe (Efe. 4:4–6), están unidos bajo un solo liderazgo, es decir, bajo un ministro cuya autoridad proviene de Dios (Col. 1:25), y siguen los mismos ritos durante los servicios de adoración, dondequiera que estén (1 Cor. 14:26).

La Iglesia De Cristo es una religión porque adora al único Dios verdadero, el Padre, tal como lo presentó nuestro Señor Jesucristo (Juan 17:1, 3), que es Todopoderoso (Gén. 17:1) y que hizo todas las cosas (Isa. 44:24). Además, la Iglesia De Cristo es una religión en el verdadero sentido de la palabra, porque es un instrumento de Dios para traer al hombre de vuelta a Él. El profeta Malaquías registra las palabras de Dios, así:

“Desde la época de sus antepasados se han apartado de mis estatutos y no los han guardado. Vuélvanse a mí y yo me volveré a ustedes …” (Mal. 3:7 Nueva Versión Internacional)

De modo que, la verdadera esencia de la religión es la obediencia a la voluntad de Dios. El hombre solo puede volver a Dios obedeciendo Su voluntad. Con respecto a la voluntad de Dios, en su carta a los Efesios, el Apóstol Pablo afirma lo siguiente:

“Él nos ha dado a conocer el misterio de su voluntad, según el beneplácito que se propuso en Cristo, a manera de plan para el cumplimiento de los tiempos: que en Cristo sean reunidas bajo una cabeza todas las cosas, tanto las que están en los cielos como las que están en la tierra.” (Efe. 1:9–10 Reina-Valera Actualizada 2015)

Todos, pues, deben reunirse en Cristo para cumplir la voluntad de Dios lo cual marcaría su retorno al Señor Dios. ¿Cómo pueden hacerlo? Haciéndose miembros del cuerpo de Cristo o de Su Iglesia:

“Pues así como en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo en Cristo e individualmente miembros los unos de los otros.” (Rom. 12:4–5 La Biblia de las Américas)

“Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia; y Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de que Él tenga en todo la primacía.” (Col. 1:18 La Biblia de las Américas)

La Iglesia de la que Cristo es la cabeza no es otra que la Iglesia que Él estableció, la Iglesia De Cristo (Mateo 16:18; Hechos 20:28 Traducción Lamsa). Por lo tanto, la Iglesia De Cristo siendo una religión es el medio por el cual el hombre puede volver a Dios para cumplir Su voluntad de que todos los hombres estén bajo Cristo.

Una persona no puede ser llamado miembro de la Iglesia De Cristo simplemente porque conoce o profesa fe en nuestro Señor Jesucristo. El hombre debe obedecer el mandato de Cristo. Juan 10:9 de la Revised English Bible que dice así:

“Yo soy la puerta; cualquiera que entre dentro del rebaño por mí será salvo.”

El redil o rebaño al que se refiere el versículo es la Iglesia De Cristo:

“Por tanto, tengan cuidado de ustedes mismos, y de todo el rebaño sobre el cual los ha puesto el Espíritu Santo como supervisores para apacentar la Iglesia de Cristo, la cual Él compró con su sangre.” (Hechos 20:28 Traducción de Lamsa)

Según lo ordenado por Cristo, entrar en el rebaño o entrar en la Iglesia no es solo a través de tener fe en Cristo, sino que uno debe ser enseñado con las palabras de Dios, tener fe en ellas, y ser bautizado en la Iglesia encabezada por Cristo:

“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado.” (Marcos 16:15–16 La Biblia de las Américas)

“Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya judíos o griegos, ya esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber  del mismo Espíritu.” (1 Cor. 12:13 La Biblia de las Américas)